Telarañas, calabazas, dientes de vampiro y otros adornos propios de esta época en Nueva York, Irlanda o Escocia, se comienzan a ver en mi población, en mi comuna, en mi Chile.
Comienza la fiesta Halloween y yo comienzo, como todos los años a gritar y gritar, por cierto, sin que nadie me escuche ¿qué tenemos que ver nosotros con esa festividad?
Pero pedir eso, es como pedir que no lleven a los niños a McDonald’s...
La historia del Halloween tiene más de 2.500 años, cuando el año Celta terminaba al final del verano, el preciso día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era rejuntado de los prados en los establos. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables de forma que los muertos pasaran de largo asustados, de ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.
Esta “fiesta” fue exportada a los Estados Unidos por los emigrantes irlandeses en el siglo XIX, más o menos por 1846. Pero claro, debido al imperialismo cultural de los Estados Unidos, en el resto del mundo, ejercido a través del marketing, de sus empresas multinacionales y de las películas de Hollywood, Halloween se ha popularizado también en otros países, pese a que mucha gente, en especial en países como el nuestro.
Cuando yo era ‘cabro chico piantao’ como dicen “Los Pulentos”, recuerdo que en el mes de mayo salíamos a celebrar “La Santa Cruz”, que era una celebración igual de simpática... Se juntaba un grupo de amigos, y salíamos por las casas a Guitarrear y cantar... Si no nos daban dulces, huevo e improperios para los dueños de casa... También puede que haya sido una celebración estúpida para algunos... Pero lo realmente importante eran las tertulias con un vinito, jugo pal’ cabro chico, y las infaltables historias de terror que venían después de haber hecho las maldades... Cuentos, mitos y leyendas, no me dejaban dormir... Escuchar hablar de “La Llorona” que buscaba a sus hijos, era horripilante, o “El Viejo del Saco” que me llevaría a quizás donde si no me comía todo (ahora me explico mis kilos extras), “El Hombre Chancho”, esa si que era una historia de miedo, imagínate ir por la calle, que en esos tiempos no tenían luminarias, y toparte con un tipo así de espeluznante...
Comienza la fiesta Halloween y yo comienzo, como todos los años a gritar y gritar, por cierto, sin que nadie me escuche ¿qué tenemos que ver nosotros con esa festividad?
Pero pedir eso, es como pedir que no lleven a los niños a McDonald’s...
La historia del Halloween tiene más de 2.500 años, cuando el año Celta terminaba al final del verano, el preciso día 31 de octubre de nuestro calendario. El ganado era rejuntado de los prados en los establos. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables de forma que los muertos pasaran de largo asustados, de ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.
Esta “fiesta” fue exportada a los Estados Unidos por los emigrantes irlandeses en el siglo XIX, más o menos por 1846. Pero claro, debido al imperialismo cultural de los Estados Unidos, en el resto del mundo, ejercido a través del marketing, de sus empresas multinacionales y de las películas de Hollywood, Halloween se ha popularizado también en otros países, pese a que mucha gente, en especial en países como el nuestro.
Cuando yo era ‘cabro chico piantao’ como dicen “Los Pulentos”, recuerdo que en el mes de mayo salíamos a celebrar “La Santa Cruz”, que era una celebración igual de simpática... Se juntaba un grupo de amigos, y salíamos por las casas a Guitarrear y cantar... Si no nos daban dulces, huevo e improperios para los dueños de casa... También puede que haya sido una celebración estúpida para algunos... Pero lo realmente importante eran las tertulias con un vinito, jugo pal’ cabro chico, y las infaltables historias de terror que venían después de haber hecho las maldades... Cuentos, mitos y leyendas, no me dejaban dormir... Escuchar hablar de “La Llorona” que buscaba a sus hijos, era horripilante, o “El Viejo del Saco” que me llevaría a quizás donde si no me comía todo (ahora me explico mis kilos extras), “El Hombre Chancho”, esa si que era una historia de miedo, imagínate ir por la calle, que en esos tiempos no tenían luminarias, y toparte con un tipo así de espeluznante...
Historias como estas abundan en nuestra cultura, es cosa de mirar los mitos y leyendas de Chiloé y te encuentras con “El Trauco”, con “La Pincoya”, con “La Fiura”, con muchos personajes “de miedo”, “de picardía criolla”...
Y ahí nuevamente hace mas fuerza mi reclamo... ¿Cómo no hemos sido capaces de transculturizar el Halloween?
Tenemos estos espantos que forman parte de la cultura nacional. Integran la identidad de Chile. –Quienes están dedicados a las actividades del bicentenario podrían tomar mi inquietud–
Disfracémonos en base a nuestras leyendas, del Viejo del Saco, La Llorona (eso si, el disfraz del Trauco es mío), estos son personajes que estaba siglos antes de la llegada de los extranjeros...
Dejémosle tanta sangre a los gringos, y que nuestros niños salgan a hacer sus maldades como Pincoyas o como Hombres con Cabeza de Chancho... Y como los jóvenes hoy también disfrutan de esta fiesta, háganlo disfrazados de Traucos, con preservativos en los bolsillos, por favor, y de Lloronas, para que en la noche encuentren ‘al niño’...
Feliz Jalohuin a todas y todos.
JP Sánchez
2 comentarios:
Que bién, Que bién !!!!!!
A veces siento que tratar de agüar esta estúpida fiesta gringa es solo "pega" mía.
Malditas fiestas norteamericanas !!! no las soporto !!!. Agreden mi cultura, mis tradiciones, ... lo que más amo: el recuerdo y herencia de mis padres.
Mi hija sabrá de sus propias tradiciones y cultura, tál como es ella y sus padres (yo). Aunque el trabajo sea árduo, jamás celebraré estupideces foraneas. Mucho menos si son tradiciones Yankies... a regañadientes celebro el viejito pascuero (costumbre Vikinga), pero Jalowin........ jamás!!!!
Francisco Labbé
Nacido y criado en Santiago
Chileno, y a mucha honra)
Que bién, Que bién !!!!!!
A veces siento que tratar de agüar esta estúpida fiesta gringa es solo "pega" mía.
Malditas fiestas norteamericanas !!! no las soporto !!!. Agreden mi cultura, mis tradiciones, ... lo que más amo: el recuerdo y herencia de mis padres.
Mi hija sabrá de sus propias tradiciones y cultura, tál como es ella y sus padres (yo). Aunque el trabajo sea árduo, jamás celebraré estupideces foraneas. Mucho menos si son tradiciones Yankies... a regañadientes celebro el viejito pascuero (costumbre Vikinga), pero Jalowin........ jamás!!!!
Francisco Labbé
Nacido y criado en Santiago
(Chileno, y a mucha honra)
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